Abrimos
un día más nuestro cuaderno de viaje. Éste va tomando la forma de una
experiencia única, la que están compartiendo nuestros nuevos amigos del Còllegue
André-Grasset. Ya se podría decir que convivimos, y con ellos
empatizamos con las risas, y aseguramos que son muy abundantes, y que desde
cualquier rincón nos puede sorprender una simpática carcajada. De la
originalidad de esta experiencia única que todos estamos compartiendo (monitores,
profesores y alumnos) destacamos que el aprendizaje toma entonces la forma de
una experiencia vital, y que el equipo que formamos El Amonite, sabemos que de
esta posada saldremos todos transformados, con más amistades, y con nuevos
conocimientos.
También
nos alegra saber que el programa de conocimientos de este proyecto, que se
imparte en las horas de clase, es competente en sus horarios, por ello empiezan
las clases de español implacablemente, y el profesor Jesús propone en esta
ocasión un recorrido por los lugares mágicos de España, una
suerte de imaginario viaje, cuyo principal objetivo es el de desarrollar las competencias
en la conversación en español como lengua extranjera. En esta ocasión,
se trataba de una sesión muy interesante para algunos de los alumnos, aunque a
otros les resultase "muy tempranito", ya que trasnocharon, y es que la
pasada noche se estaba “muy agustito”; pero... como todos somos de
espíritu abierto, intuimos, y también nos satisface mucho el saber que las
noches en la Posada están llenas de correteos nocturnos, compañe rismo y flirteos
varios... y a todos nos gusta la diversión. Es por ello que vemos también
cumplido el segundo, y no menos importante, de nuestros objetivos como proyecto
educativo... la complicidad, es decir, que se puede aprender, y disfrutar con
tus compañeros, y amigos con los que
tanto has compartido, y a la misma vez continuar en una dinámica de aprendizaje,
en la inmersión total en un nuevo espacio educativo, de este modo, la Posada
niña Margarita deja de ser un alojamiento
al uso, convirtiéndose así en un hogar en que convivir, y compartir risas y
recuerdos de este viaje a la Sierra Subbética. Si continuamos, después
de disfrutar de la comida de Silvia y que, por cierto, todos ellos dicen que
les encanta! Además de degustar la tradicional cocina andaluza.
En
este punto, nos detendremos a destacar la siguiente sorpresa que les deparaba
el programa educativo; se trataba en esta ocasión de seminario que ofreció el profesor
Francisco Gámiz, entre las 15h y las 16h, a la hora de “la siesta” estos chicos
aprenden con ganas. El profesor Gámiz
presentó un panorama de la síntesis, tanto teórica como audiovisual, de
todos aquellos valores que la Vanguardia andaluza tuvo como expresión a lo
largo del último siglo XX, enlazando con gran acierto las mutuas influencias
que tuvieron, en el marco de la “Generación del 27”, con poetas
como Lorca algunos cantantes de la misma ciudad de nuestros alumnos, Montreal,
como el irrepetible Leonard Cohen. De la misma forma, el profesor
destacó la genialidad del cineasta granadino Val del Omar, y del
disco “Omega”, en el que se fusionaron el flamenco y el Rock de Lagartija
Nick, con la vital y genial voz de Enrique Morente.
Esta
jornada ha sido variopinta incluso en el clima, ha llovido, ha hecho sol, pero una
buena temperatura. Todo ha ido bien para iniciar la excursión a Cabra y Lucena
a tiempo. A Cabra llegamos a las 17.30, recibiéndonos Fran Gómez, técnico de
Turismo del ayuntamiento. Los jóvenes conocieron de Cabra el Círculo de
la Amistad, como una suerte de representativa sede social, y una muestra
de la original arquitectura andaluza. Más tarde recorrerán el Barrio del
Cerro, el Barrio de la Villa, y el Colegio de las Madres Escolapias,
donde se visitaron, finalmente, el antiguo castillo de los Condes de Cabra.
Ni que decir tiene el que nuestros chicos y chicas canadienses, aprovechasen
para abastecerse de todo tipo de regalos y souvenirs para su vuelta, además de
degustar los productos más apetecibles de España, un buen Marqués de
Riscal, y tomarse unos buenos cafés, muy baratitos en comparación a
Montreal.
Finalmente,
llegamos a Lucena, con el pequeño
percance de no poder subir al grupo al castillo principal, hecho éste que se
aprovecho para realizar la tarea que más nos gusta a los andaluces, y
comprobamos que también a los canadienses...simplemente callejear.
Raúl
Víctor