Una jornada más abrimos nuestro
cuaderno de viaje, y del día de ayer tengo que expresar que sin duda este era el día perfecto para aquellos que junto con El Amonite disfrutamos
del contacto con la Naturaleza: nada menos que visitar la impresionante Cueva
de los Murciélagos y recorrer y disfrutar la ruta senderista a lo largo del Río Bailón.
Nuestros
chicos esta mañana, para que todo el programa se llevara a cabo, se levantaron
algo antes de lo habitual... nos alegra saber que los canadienses no ponen
pegas al madrugar! Llega el desayuno y de nuevo una buena dosis del rico
español del profesor Jesús. En esta ocasión el programa se centra en debatir las posturas personales entre los alumnos,
dentro de lo que se considera los "lenguajes especializados" y
su uso en el marco del "español actual". Cada alumno
defendería su propia postura en un tema elegido previamente por ellos, y debía
de argumentarla utilizando correctamente, en la medida de su propio nivel, su opinión y compromiso subjetivo, utilizando
de como ejemplos los casos de España y Canadá, así como la visión
internacional del asunto tratado. La dificultad estaba en centrarse en el
lenguaje especializado entre alguno de los temas elegidos, entre los que
estaban: la política, la economía, el español de los negocios, las ciencias de
vanguardia, el Medioambiente, las
desigualdades sociales etc. A nuestros alumnos les ha gustado realizar
el esfuerzo de expresar su opinión y defenderla en español, una lengua en la
que cada día se sienten más cómodos, y van perdiendo la timidez del principio.
Después de sus clases, recogieron su almuerzo, ya que pasarían todo el día
fuera, y ello gracias al esmero maternal de nuestro equipo de cocina: un buen
bocadillo, bebidas y los enseres clásicos de una buena excursión.
A partir de este punto, empieza
la aventura por recorrer. Parten en el autobús a partir de las 11h, les espera
1 hora y cuarto de viaje, lo suficiente para risas y anécdotas que entre todos
se cuentan. Nos encanta ver a nuestro grupo de chicos tan unido y comprometidos
con las actividades de nuestro programa, no vemos malas caras ni atisbo de
aburrimiento, sino una especie de estupefacta pregunta de ¿Hacia dónde nos
llevarán estos españoles ahora? Y están
en lo cierto, en esta ocasión se dirigen a la Cueva de los Murciélagos, dispuestos algunos de ellos a su
primera experiencia en espeleología.
En la entrada les espera la guía de las instalaciones,
y empiezan su ruta a las 12.15h para descubrir esta maravilla geológica,
situada a 4 Km de Zuheros, una pequeña población de Córdoba llena de
encanto que no pasa de los mil habitantes. La Cueva de los Murciélagos, se
compone de una extensa red de pasadizos y de galerías (con estalactitas y
estalagmitas, éstas durmientes desde decenas de miles de años). El nombre de esta cueva, referido a uno de
los mamíferos más curioso de Tierra, se le conoce con dicha denominación desde
siglos atrás, ya que la cueva, en sus distintos niveles fue habitada por
humanos en distintas etapas históricas; además, y por supuesto, porque ha sido,
a la par, utilizada por diferentes especies de murciélagos, que a día de hoy
siguen poblándola. Cabría también destacar que se encontraron
en su interior restos de caza y de la industria lítica, denominada
Musteriense, que había sido desarrollada por el Hombre de
Neandertal (35000 años atrás). Nuestros alumnos de
Còllegue André Grasset salen de las profundidades de la Tierra
una hora más tarde, con distinta sensaciones, y todos ellos con muy buen
humor... Descansan en un merendero cercano, abren sus mochilas y recuperan
fuerzas, con los bocadillos, y las burbujas fresquitas de los refrescos.
Deberán de enfrentarse a una marcha de senderismo de nivel intermedio, que
ellos realizarán en aproximadamente 1 hora y media, algunos de ellos con el
aliento entrecortado, seguro que alguno de ellos recordaría su cómoda y moderna
Montreal con la nostalgia del naufrago preguntándose, ¿dónde me he metido? ¿Cuánto
queda para llegar? Bueno... lo cierto es que su voluntad y juventud fue siempre
fuerte, y llegaron a su destino con la adrenalina del esfuerzo, que tan sólo
una ruta de montaña puede conseguir en cualquiera. La recompensa era mayúscula,
ya que las vistas hacia el horizonte, en el espléndido día de sol, y de
arreboladas nubes, caprichosas en sus formas, se abrían en la visión entre
montañas y en la parte del fondo, la población de Zuheros. Sin duda, y me
vuelvo a repetir, esto de salir a la Naturaleza ¡sí que vale la pena!...
Raúl
Víctor